Militares de Estados Unidos pertenecientes al Comando Norte lanzaron una operación en la frontera entre Arizona y México, para detectar aeronaves utilizadas por los carteles mexicanos para traficar droga hacía territorio estadounidense.
En el operativo, que finalizó la semana pasada, se logró la identificación de más 100 aeronaves y sus resultados serán presentados ante el Congreso en junio.
Los militares que participaron en la operación pertenecen a los batallones de artillería, aire y misiles de Defensa. Utilizaron radares y sistemas aéreos de defensa y rastrearon en la frontera con México aviones que son utilizados por los grupos criminales para cruzar droga hacia Estados Unidos, reportó el Comando Norte (NORTHCOM, por sus siglas en inglés).
El despliegue de los militares estadounidenses, bajo las ordenes de la Fuerza de Tarea Conjunta Norte (JTF, por sus siglas en inglés) del NORTHCOM, es resultado de una solicitud que realizó la Patrulla Fronteriza al Departamento de Defensa, debido a que para los agentes fronterizos es complicado detectar y detener aeronaves volando a baja altura, que son utilizadas por traficantes para introducir droga a Estados Unidos.
Sin precisar las fechas del despliegue de los militares, pero destacando que reciente terminaron sus operaciones, el NORTHCOM dio a conocer que la presencia de los soldados en la frontera funcionó además como una misión de entrenamiento contra una amenaza real, como lo son las organizaciones transnacionales del narcotráfico.
Este tipo de operaciones permite a los soldados contar con un entrenamiento único contra una amenaza real en un desierto y un ambiente similar al de Afganistán e Irak, lo que ayuda a prepararlos para futuros despliegues.
En el despliegue, la Fuerza de Tarea Conjunta del Comando Norte coordinó a militares voluntarios en activo, reservistas y soldados de las cuatro ramas del Pentágono, que proporcionaron operaciones de apoyo solicitadas por el Departamento de Justicia y por el Departamento de Seguridad Interna.
Las operaciones de rastreo de aeronaves sospechosas fueron realizadas por miembros del Quinto Regimiento de Misiles de Defensa y la 69 Brigada de Artillería de Defensa Antiaérea, utilizando sus radares Sentinel, junto con las capacidades visuales de vigilancia de su sistema de defensa aérea Avenger, enlazado con el sistema de vigilancia de la Patrulla Fronteriza, con el Sistema de Defensa Antiaérea del Oeste y con el Centro de Operaciones Aéreas de los marines.
Con esa red de rastreo pudieron identificar y reportar los cruces sospechosos e ilegales de aeronaves volando a baja altura, a los agentes de la Patrulla Fronteriza desplegados en la frontera entre Arizona y México.
El NORTHCOM aseguró que el despliegue de los militares se llevó a cabo en estricto apego a la ley y sólo en calidad de apoyo a las autoridades civiles, ya que nunca realizaron labores policiales como buscar, asegurar o hacer arrestos.
Al respecto, agregó que los soldados del Batallón Renegados se limitaron a reportar las aeronaves que detectaron como sospechosas de ingresar ilegalmente al espacio aéreo de Estados Unidos, lo cual sirvió de ayuda a la Patrulla Fronteriza al contar con información de inteligencia y análisis inmediato para realizar su trabajo de manera rápida, una vez que fueron detectadas las aeronaves sospechosas.
Las operaciones de los militares estadounidenses en la frontera con México se realizaron diariamente y cada unidad efectuó operaciones de despliegue, ejecución de la misión y redespliegue, detalló.
Previamente en el Fuerte Hood de Arizona, los militares realizaron juntas de trabajo sobre la misión y entrenamiento legal, donde se les indicó qué actividades podían realizar y cuáles no durante el rastreo de aeronaves sospechosas.